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King Cake
King Cake
Por Marcella Escarfuller
La rosca de reyes, conocida de esta manera por los tres Reyes Magos de la Navidad, marca el comienzo de la Epifanía, o Duodécima Noche (6 de enero), y la llegada de los reyes magos para adorar al Niño Jesús en Belén. La Epifanía, también marca el principio del carnaval que se celebra en culturas de todo el mundo, cada una con su propia versión de la rosca de reyes. En el carnaval de New Orleans, el Mardi Gras, o Martes Gordo, el roscón de reyes recibe el nombre de King Cake.
El postre tradicional se originó en el Viejo Mundo de Francia y España, y se asoció con la Epifanía durante la Edad Media y el surgimiento de la Iglesia Católica. Fue introducido en el sur de los Estados Unidos por los colonos vascos en 1718.
En Francia, la Galette des Rois es la tradición del norte de Francia, hecha de una tarta redonda de hojaldre con relleno de pasta de almendras. En España y América Latina, la rosca de reyes es la inspiración para los pasteles que conocemos y amamos en Estados Unidos: un roscón de masa dulce adornado con fruta confitada para parecerse a las coronas de los magos.
Hoy día, más de 30 países de todo el mundo celebran la Epifanía con sus propias versiones de King Cake, incluidos Portugal, Grecia, Bulgaria y el Reino Unido.
Pero la rosca de reyes es mucho más que un postre delicioso. Cada detalle de este pastel es significativo y simbólico de la Epifanía. Así que la próxima vez que estés disfrutando de tu King Cake favorito, no te olvides de todo lo que significa.
LA FORMA
La forma de anillo del King Cake simboliza el amor de Dios, un círculo que no tiene principio ni fin.
LOS COLORES
Los roscones de reyes tradicionales se hicieron para parecerse a las coronas de los Reyes Magos, con frutas confitadas colocadas como joyas. Rojo para el amor, verde para la paz y amarillo para la felicidad. Los colores oficiales de Mardi Gras fueron establecidos en 1872 por el Krewe de Rex, y simbolizan la justicia (morado), la fe (verde) y el poder (oro).
EL BEBÉ
El bebé de plástico escondido dentro de cada pastel simboliza al Niño Jesús cuando José y María recibieron la orden de Dios de esconderlo del Rey Herodes quien quería matar a Cristo.