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Por qué el Vino Rosé es el Maridaje Perfecto para Louisiana
Por qué el Vino Rosé es el Maridaje Perfecto para Louisiana
Por Rebeca Pinhas, CSW, CSWS
Imagine el siguiente escenario: usted vive en un hermoso lugar cerca del agua. Los lugareños son bulliciosos y animados, y les encanta reunirse y celebrar cualquier ocasión con comidas increíbles y bebidas por doquier. Abundan los mariscos frescos y nunca es demasiado temprano para una libación. Las personas aman escuchar música y pasar todo el tiempo que sea posible al aire libre. Solo hay un pequeño inconveniente: es realmente caliente durante varios meses del año. ¿Le suena familiar? Pudo pensar que estaba hablando de algún lugar en Luisiana, pero me refería al Sur de Francia, la cuna del vino rosé.
Aunque muchos conocen este vino de color rosado y la famosa frase de “Rosé all Day/Rosé todo el día”, no todos saben sobre su origen o sobre cómo se convirtió en uno de los refrescos de verano preferidos de los Estados Unidos. Su popularidad en esta parte del mundo ha sufrido grandes altibajos durante las últimas décadas, pero es aparente que el rosé está aquí para quedarse.
Si usted hablase con alguien del Sur de Francia -el cual incluye las regiones vinícolas de Roussillon, Provence, Bandol, entre otras que son famosas por su rosé- puede que compartan que en la era moderna, el rosé realmente empezó como una bebida que los viniviticultores producían para tomar ellos mismos durante los abrasadores meses de verano mientras trabajaban su tierra. Comercializarlo no fue necesariamente su intención original pero sucedió inevitablemente cuando la gente que viajaba a esta región descubrió dicho secreto local. Ahora, si queremos viajar en el tiempo aún más, se cree que los primeros vinos producidos en la historia fueron de hecho, rosés. Las civilizaciones antiguas como los Fenicios exprimían uvas tintas a través de técnicas que prevenían la maceración (remoje del jugo junto con las cáscaras de las uvas), y por lo tanto se evitaba una mayor extracción de color.
Dado que en Luisiana nos enfrentamos a seis meses de verano cada año, tomar rosé es tan natural como empapar nuestra comida con salsa picante. Y es de hecho el amplio rango y gran versatilidad del rosé lo que lo hace perfecto para muchos de nuestros platillos favoritos. Comida picante como los langostinos hervidos se maridan increíblemente con un rosé de Pinot Noir de alta acidez de Oregon; las ostras crudas se complementan con una mezcla rosé de la región de Languedoc; y platillos con base en granos y mariscos como camarones y sémola o paella encontrarán un maridaje perfecto en un rosado de Rioja, España.
El vino rosé puede elaborarse a partir de cualquier uva tinta, incluyendo aquellas que son conocidas principalmente por su presentación en vinos tintos como Malbec, Tempranillo, e inclusive el Cabernet Sauvignon en la forma de Cabernet d’Anjou, un vino rosé del Valle del Loira, Francia. Existen tres métodos principales para producir rosé: a través del contacto entre el mosto y las cáscaras de la uva (entre más tiempo permanezcan juntos, más oscuro será el tono); extrayendo una porción del mosto de uvas tintas destinado a la elaboración de un vino tinto (saignée, que significa sangrado en Francés); y mezclando vino tinto con vino blanco (técnica que se desaprueba en los círculos de entusiastas serios). Además el rosé puede también ser espumante, como por ejemplo Champaña rosé o Prosecco rosé, cuya producción como tal fue recientemente aprobada.
Así que, si este verano va a consumir rosé como el resto de nosotros, aventúrese y pruebe alguno que no haya tomado antes ya que siempre habrá un nuevo estilo para catar.
¡Salud!