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Trasplantando la esperanza
Trasplantando la esperanza
Por AnaMaria Bech
¿Sabía que la unidad líder de trasplante de higado de los Estados Unidos está localizada junto al rio Mississippi en el estado de Luisiana?
En Ochsner, más de 150 profesionales de la salud se dedican cada día a proteger la integridad y la vida de los pacientes que están con la esperanza de un renacimiento a través de un trasplante de órgano, o que ya han tenido la fortuna de haberlo recibido.
El instituto de trasplante multiorgánico de Ochsner es el centro más concurrido y con mayor experiencia en la región sureña del Golfo de México. Desde su establecimiento en 1984, en esta unidad se han realizado más de 7.000 trasplantes de hígado, riñones, páncreas, corazón y pulmón, que han salvado las vidas de niños y adultos, provenientes de 37 estados y 10 países diferentes.
Actualmente, Luisiana está recibiendo un gran reconocimiento a nivel nacional gracias al posicionamiento del Instituto de Trasplante Multiorgánico de Ochsner. El hospital no decide el orden de los trasplantes, sino que hay reglas establecidas, y diferentes para cada órgano. Hay muchas variables en estas reglas, como el grupo sanguíneo, el tamaño, la urgencia médica, la localización geográfica, y el tiempo de espera, fundamentalmente. Lo que se pretende es usar el mayor número de órganos de un solo donante; lo que se conoce como un donante multiorgánico.
El hospital no decide el orden de los trasplantes, sino que hay reglas establecidas, y diferentes para cada órgano. Hay muchas variables en estas reglas, como el grupo sanguíneo, el tamaño, la urgencia médica, la localización geográfica, y el tiempo de espera, fundamentalmente. Lo que se pretende es usar el mayor número de órganos de un solo donante; lo que se conoce como un donante multiorgánico.
Dentro del excepcional equipo del instituto, destacamos la participación de
tres profesionales latinoamericanos que han traído su experiencia y supasión al proyecto.
La doctora venezolana Ana Milena Hands y los doctores colombianos Jorge Garcés y Humberto Bohórquez se destacan dentro del equipo, donde sobresale el compañerismo y la confianza entre colegas.
ANA MILENA HANDS
La doctora Hands estudió Biologia y psicologia en la universidad de Monterrey en México y se graduó como doctora con honores en la Universidad de Zulia en Venezuela. Completo su entrenamiento en Psiquiatría adulta y adolescente en el Colegio Médico de Georgia en Augusta. En 2009, recibió el premio Health Care Hero (Héroe de Cuidado en Salud) de la publicación City Business de Nueva Orleans por su labor de integrar inmigrantes hispanos con cuidados óptimos como pacientes en la Nueva Orleans post-Katrina.
Ana Milena Hands se encarga de la Dirección Administrativa del Instituto de Trasplantes Multiorgánicos de Ochsner, y también funge como vicepresidente del Departamento Internacional de Ochsner.
Luego de ejercer la Psiquiatría por más de 20 años, Hands encontró en Ochsner una nueva misión que ha llenado su vida. A pesar de inicialmente no conocer el proceso de trasplantes, Hands ha desarrollado una gran pasión por el tema, y se ha esforzado junto al director médico el Dr. Loss, por convertir el instituto de trasplantes de órganos en uno de los centros de trasplante líderes en los Estados Unidos. “Para mí [trabajar en trasplantes] ha sido una grata sorpresa; es un mundo fascinante desde muchos puntos de vista”.
Algo que la llena de orgullo es contar con un equipo de profesionales muy unido que se siente como una gran familia. “Desde el punto de vista profesional, en la capacidad de cada uno, son excepcionales” comenta Hands, señalando que puede verse en la relación médico-paciente, que los doctores también son seres de gran calidad humana, y agrega que “al participar en diversos seminarios y conferencias internacionales, me doy cuenta del nivel y la compenetración de nuestro excelente equipo”.
JORGE GARCÉS
El Doctor Garcés es nefrólogo de trasplantes. Estudió medicina en la Universidad del Valle en Cali, Colombia. Realizó sus prácticas, residencia en la Universidad Hahnemann y el Hospital Fitzgerald Mercy, y su especialidad en trasplante la obtuvo en el Albert Einstein Centro Médico, el Hospital Universitario Thomas Jefferson y luego en la Universidad de California en Los Ángeles.
Llegó a New Orleans en el 2002. Realiza una función clínica en la que lleva el cuidado de los pacientes desde que llegan a la evaluación de elegibilidad para trasplante, durante la enfermedad, y durante la recuperación luego de recibir el trasplante de riñón. Hace 10 años el programa de entrenamiento especializado para los nefrólogos de trasplante, en la parte educativa en el Instituto.
Con el apoyo de su hermano obtuvo la residencia americana lo cual hizo su proceso más fácil para concretar su meta de ejercer en los EEUU. Garcés comenta cómo se inició en el mundo de los trasplantes. “Yo tenía mentores muy buenos en él Einstein. Uno de mis mentores fue fundamental en la creación de trasplantes en Filadelfia en los años 60s y era alguien que nos instauró la pasión en el tema”, indica.
Garcés lleva el 80% del proceso desde que se refiere el trasplante, pero no hace la operación en sí. Él habla con mucho orgullo de su trabajo: “Es una labor de mucha satisfacción personal porque los pacientes llegan muy mal con problemas físicos, emocionales, y cuando se les hace un trasplante es como si los pusieran en un filtro de purificación y se mejoran de manera increíble”, refiere.
En la institución hay 4 nefrólogos de trasplante en total, que integran un equipo muy instruido y profesional, además de multicultural, con miembros originarios de República Dominicana, Chicago con descendencia india, e Irán.
Somos afortunados al poder practicar nuestra profesión y contar con los recursos necesarios para hacer el mejor trabajo posible.
A pesar de los debates éticos, el Doctor Garcés considera que todas las personas deberían ser donantes de órganos.
HUMBERTO BOHORQUEZ
El doctor Bohórquez estudió medicina en la Universidad Pontificia Javeriana de Bogotá en Colombia, finalizó sus estudios en cirugía de trasplante abdominal en la Clínica Mayo en Rochester para luego practicar su especialización en el Hospital Queen Elizabeth en Hong Kong. Trabajó en trasplantes de hígado y riñones en Colombia antes de llegar a formar parte del equipo del sistema de salud de Ochsner en el 2007.
El doctor Bohórquez nunca pensó ejercer en los EEUU. Tras dirigir el proyecto de trasplantes en Colombia con el Hospital Fundación Cardioinfantil, logro del que se siente muy orgulloso, se presentó la oportunidad de ejercer en Ochsner. Tras pasar el periodo difícil de adaptación, ahora lo que más le gusta es que ha encontrado una familia en sus compañeros de equipo de Ochsner.
Actualmente como director del programa de páncreas, el doctor Bohórquez hace investigación, y como cirujano, está involucrado en todas las fases de trasplantes abdominales. Incluso, a veces tiene que viajar y estar presente en la extracción del órgano para implantar.
Gracias a la experiencia combinada de los profesionales del equipo del instituto de trasplantes y a la sincronización establecida en el equipo, Louisiana acepta una mayor cantidad de órganos para ser trasplantados y tiene un menor tiempo de espera que otras unidades de trasplantes.
Bohórquez explica que la coordinación alrededor del trasplante es impecable.
Una vez se notifica la disponibilidad de un órgano, se ponen en marcha diferentes equipos. Se alista el equipo de cirugía del receptor, y simultáneamente, ya sea localmente, o remotamente los cirujanos de turno se presentan para revisar el órgano y realizar la extracción con el donante.
Esta sincronización permite acortar el tiempo y proteger la integridad del órgano que está siendo trasplantado. “La mayoría de los trasplantes que hacemos están alrededor de las 5 horas. Esas 3 horas marcan la diferencia y por eso podemos usar órganos que otra gente no utiliza, porque entre más rápido se coloquen, mejora el chance que estos órganos funcionen,” puntualiza Bohórquez.
CONCIENTIZACIÓN
Una de las grandes carencias en la donación de órganos es la falta concientización y educación en lo que toma ser un donante de órganos.
Desgraciadamente, hay mucha información y algunas personas imaginan que si se declaran donantes los van a dejar morir.
Además, cuando las personas se declaran donantes, muchas veces sus familiares, que tienen la última palabra, no conocieron los deseos de la persona y deciden no seguir con la donación.
Los doctores Hands, Bohórquez y Garcés aconsejan que las personas que deciden ser donantes deben expresar claramente su intención a sus familias, para que, en caso tal de que la situación se presente, los familiares puedan conceder el deseo del donante de brindar una opción de vida a las personas que están a la espera de un trasplante.
Afortunadamente, Louisiana tiene un porcentaje alto de donantes, pero la batalla más grande es llevar educación a todo nivel, para destruir los mitos, y sobre todo, educar a las comunidades minoritarias que típicamente tienen porcentajes bajos de donación.
Estos tres profesionales de la salud tienen en común la pasión con la que realizan su trabajo. Su objetivo de devolver una vida digna a sus pacientes es lo que los inspira a seguir aprendiendo, y en el caso de los doctores Bohórquez y Garcés, a compartir sus conocimientos con los practicantes que seguirán sus pasos.
La labor que cada uno de ellos desempeña en el proceso de trasplantes es esencial, pero ellos dejan a un lado sus méritos para dar protagonismo a los valientes que deciden donar sus órganos.
El mayor sacrificio viene de donantes anónimos que se atreven a someterse en vida a regalar una segunda oportunidad a alguien, donando un riñon, o parte de su hígado, y también de las familias, que durante una situación muy difícil como es la pérdida de un ser querido, permiten que sus órganos salven otras vidas.
“Ellos, los donantes, son los verdaderos héroes,” recalca la doctora Hands.