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Comenzando el Año Nuevo con Mindfulness
Comenzando el Año Nuevo con Mindfulness
Por Lia Threat
El mindfulness, o la conciencia plena, se ha convertido en un tema de moda, pero por una buena razón. Para quienes no conocen del mindfulness, se explica que es la práctica de mantenerse consciente de “algo” que está sucediendo y darle plena atención al momento. La belleza de esta práctica es que se puede aplicar en varios aspectos de la vida cotidiana, desde los acontecimientos familiares hasta la rutina del trabajo y las interacciones con los demás. El objetivo de practicar mindfulness es estar de manera más presente en todos los momentos y en mayor sintonía con nuestros pensamientos, sentimientos y necesidades.
Pero, ¿cómo se puede aplicar mindfulness a la alimentación?
Sé un observador. Observa cómo comes, cuándo lo haces y con quién lo haces. Piensa en cómo te sientes: ¿Estás tranquilo, estresado, apurado, nervioso, feliz, distraído? ¿Estás terminando tu comida y ni siquiera recuerdas cómo empezaste?
Abre tus sentidos a través de la observación. Podemos tomar más conciencia de nuestra comida apreciando texturas, sabores, aromas y colores. Esta consciencia nos ayuda a sintonizarnos con nuestros cuerpos y a reconocer la respuesta fisiológica a las señales de comida y hambre. Por ejemplo, ¿la comida que estás comiendo te hace sentir placer, cansancio, lentitud, felicidad o culpa? ¿Cuánta comida se necesita para alcanzar la satisfacción antes de que se disipe? Estas son algunas preguntas que debes hacerte antes de continuar con una comida o pedir una porción extra.
Conéctate con las necesidades de tu cuerpo. ¿Has tenido el descanso, la hidratación y el apoyo emocional adecuados? Si aún no se han satisfecho tus necesidades básicas, comerás para satisfacer lo que se ha descuidado en lugar de obtener la nutrición que tu cuerpo necesita. Cuando nuestros cuerpos están cansados, sedientos o pasando por un momento difícil emocionalmente, es más probable que tomemos decisiones impulsivas de alimentos (y bebidas) que tienen un impacto significativo en nuestro cerebro.
Reduce la velocidad del proceso al hacer lo siguiente:
Expresar gratitud por la fuente de nuestra comida y aquellos que la cultivan
Dejar el tenedor a un lado entre bocado y bocado y masticar más despacio
Parar ante las señales de plenitud
Practicar la honestidad y el perdón en los momentos en que nos desviamos de nuestros objetivos
Una vez que encuentres los beneficios en la práctica de la atención plena, puedes utilizarla en otros aspectos de la vida diaria. Llevar un diario y escuchar audioguías pueden ser formas beneficiosas de explorar la práctica y volverse más consistente.